Fast Book (VI)

Frédéric Beigbeder (1965)

Windows on the World

(2003)

En los libros que he podido leer de Beigbeder, da la sensación que por el tono excéntrico en que cuenta las cosas, podría parecer que carecen de importancia los mensajes que deja escritos. Pero hay mucho de certeza en sus palabras, que a veces son atrevidas, y a veces son temerarias. Es desde luego un provocador, un irreverente, un cínico y un egocéntrico. Es un idealista que naufraga en los mares de la realidad, su propia realidad, y necesita la literatura para reírse de si mismo. No parece contar historias para los demás, sino que utiliza a los demás (el público) para contar sus historias.

Windows on the World es quizás su obra más madura, en la que hay más honestidad, en la que pone más de si mismo, pero habiendo aprendido que no hace falta vomitar sobre los demás los pensamientos propios (como sí haría en El amor dura tres años).

Con la captura y asesinato de Bin Laden, me ha vuelto a la cabeza esta novela, que no está escrita para ser leída, sino para ser sentida (quizás por eso Beigbeder suele ser poco accesible). El francés escribe con las entrañas dirigiendo la pluma, y esta vez, concilió sin cinismo la belleza con la destrucción. En "Socorro, Perdón" daría un paso más, sobretodo en el aspecto narrativo. Vaya, es mi opinión. 


Fragmento
"La verdadera revolución es la desaparición. Lo esencial es no participar. Ya es hora de optar por la deserción activa en lugar de por la resistencia pasiva. El boicot en vez de la ocupación.


Así que deja culpar a los demás y al mundo. Ya es hora de que asuma mi papel de Zola de los ricos  y escriba un "Yo me acuso".


Me acuso de complacerme en el narcisismo
Me acuso de seducción enfermiza
Me acuso de izquierdismo de Park Avenue
Me acuso de arribismo y venalidad
Me acuso de celos y frustración
Me acuso de sinceridad fingida
Me acuso de seguir intentando gustar con esta autoacusación pensada para parar los golpes que puedan llover
Me acuso de lucidez a dos velocidades
Me acuso de haber ido a Canal+ para vengarme de no ser una estrella
Me acuso de pereza orgullosa
Me acuso de escribir autobiografías púdicas
Me acuso de no ser capaz de mucho más que de lo fácil
Me acuso de ser el único responsable de mi neurastenia
Me acuso de mi falta total de valentía
Me acuso de abandono de niños
Me acuso de no hacer nada para cambiar lo que no funciona en mi hogar
Me acuso de adorar todo lo que critico, sobretodo el dinero y la notoriedad
Me acuso de no ver más allá de mis narices
Me acuso de autosatisfacción disfrazada de autodenigración
Me acuso de no saber amar
Me acuso de no buscar otras cosa que la aprobación de las mujeres, sin interesarme jamás por sus problemas
Me acuso de estética sin ética
Me acuso de paja intelectual (y física)
Me acuso de onanismo intelectual (y físico)
Me acuso de imputar a mi generación mis propios defectos
Me acuso de confundir desamor y superficialidad (no hay desamor cuando eres incapaz de amar)
Me acuso de buscar la mujer perfecta aún sabiendo que la perfección no existe, para estar siempre insatisfecho y poder regodearme en un cómodo gimoteo de quejica
Me acuso de racismo contra los feos
Me acuso de que todo, salvo yo, me importa tres leches
Me acuso de acusar a los demás porque les envidio
Me acuso de aspirar a lo mejor pero de conformarme con poco
Me acuso de no tener nada en común con la ciudad de Nueva York salvo el individualismo y la megalomanía
Me acuso de quemar todas mis naves, huir de mi pasado, es decir, de mí mismo, y de no tener amigos
Me acuso de flagrante estancamiento y de paternidad desmañada
Me acuso de irresponsabilidad crónica, es decir, e cobardía ontológica
Me acuso de lavar mis trapos sucios en público desde 1990
Me acuso de no dejar tras de mí más que un campo de ruinas
Me acuso de sentirme atraído por las ruinas, por aquello de que "cada oveja con su pareja"

Y ahora el veredicto:
Me condeno a la soledad perpetua "
--------------------------------------------------------------------------------------------

Standstill - Hay que parar

(2010, Adelante Bonaparte)

....

"¿No será quizá que es la hora ya
de dejarnos de ver con benevolencia? "

....

Un secreto. Nunca hay que tomarse en serio a este cachondo francés. En tiempos de acusaciones, autocomplacencia y ausencia de autocrítica, leer a alguien como él es como ir a un desierto y encontrar un oasis...Eso sí, primero hay que ir al desierto. Mourinho es sólo un espejismo, por eso no puede aparecer ya en las ruedas de prensa.

- drj9 - 

6 de Mayo de 2011